"Nadie ignora todo. Nadie sabe todo." (P. Freire)

miércoles, 7 de mayo de 2014

El sueño krausista y la Institución Libre de Enseñanza ¿La refundamos?

Podríamos definir a la Institución Libre de Enseñanza (ILE), como una institución española de renovación cultural y pedagógica, creada en Madrid en 1876 por un grupo de profesores universitarios de pensamiento liberal y humanista bajo la dirección de Francisco Giner de los Ríos.

 Los integrantes de este grupo, entre los que se encontraban Eugenio Montero Ríos, Nicolás Salmerón, Gumersindo de Azcárate, Segismundo Moret y otros, fueron retirados de sus cátedras por mostrarse disconformes con las medidas contrarias a la libertad de cátedra adoptadas por Manuel Orovio, ministro de Fomento.

La Institución llevó a cabo una importante tarea de renovación cultural y pedagógica sin precedentes en los siglos XIX y XX en España. En sus estatutos se declaraba ajena a todo interés religioso, ideología o partido político, proclamando el derecho a la libertad de cátedra, la inviolabilidad de la ciencia y el respeto a la conciencia individual.

Giner de los Ríos y, a su muerte en 1915, Manuel Bartolomé Cossío, orientaron la Institución Libre de Enseñanza hacia la forja de un hombre nuevo e íntegro, abierto a todos los ámbitos del saber, mediante una educación moderna encargada de formar minorías, intelectualmente despiertas, capaces de elevar el nivel sociocultural del país.

En su ideario pedagógico, la Institución Libre de Enseñanza apostó por una escuela neutra, tolerante y abierta a la realidad exterior. 
Un centro sin separación entre primaria y secundaria, con enseñanza cíclica y en régimen de coeducación, donde la actividad personal y la experiencia creativa del alumno, utilizando diversas fuentes de aprendizaje, constituía el eje del trabajo escolar.

"Era don Francisco Giner un hombre incapaz de mentir e incapaz de callar la verdad; pero su espíritu fino, delicado, no podía adoptar la forma tosca y violenta de la franqueza catalana, derivaba necesariamente hacia la ironía, una ironía desconcertante y cáustica, con la cual no pretendía nunca herir o denigrar a su prójimo, sino mejorarle. Como todos los grandes andaluces, era don Francisco la viva antítesis del andaluz de pandereta, del andaluz mueble, jactancioso, hiperbolizante y amigo de lo que brilla y de lo que truena. Carecía de vanidades, pero no de orgullo; convencido de ser, desdeñaba el aparentar. Era sencillo, austero hasta la santidad, amigo de las proporciones justas y de las medidas cabales. Era un místico, pero no contemplativo ni extático, sino laborioso y activo. Tenía el alma fundadora de Teresa de Ávila y de Iñigo de Loyola; pero él se adueñaba de los espíritus por la libertad y por el amor. Toda la España viva, joven y fecunda acabó por agruparse en torno al imán invisible de aquél alma tan fuerte y tan pura".

EL BILE.


 Cabecera del Boletín de la Institución Libre de Enseñanza (1877-1936)
Testimonio de este vigor innovador es el elenco de colaboradores del Boletín de la Institución Libre de Enseñanza (BILE), en el que aparecen figuras de dimensión internacional, como:

 Bertrand Russell, Henri Bergson, Charles Darwin, John Dewey, Santiago Ramón y Cajal, Miguel de Unamuno, María Montessori, León Tolstoi

¿Les parece sorprendente? Pues lean estos que viene a continuación.

Profesorado, alumnos y colaboradores

Aunque la nómina de profesores, alumnos y colaboradores en algún momento relacionados con la ILE sería interminable, hay que recordar, a título orientativo, los nombres de Leopoldo Alas «Clarín», Manuel Azaña, Gumersindo de Azcárate, Manuel Bartolomé Cossío, Aureliano de Beruete, Julián Besteiro, Bosch Gimpera, Alejandro Casona, Joaquín Costa, Manuel de Falla, Federico García Lorca, María Goyri, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, María Moliner, Severo Ochoa, Eugenio d'Ors, José Ortega y Gasset, Alfonso Reyes Ochoa, Fernando de los Ríos, Pedro Salinas, Luis Simarro, María Zambrano


 La Institución inspiró el programa educativo de la II República española y, pese a la incomprensión social y política posterior, su estilo ha permanecido en el quehacer de otros centros e instituciones sociales y educativas, de manera más o menos explícita, en España y en América Latina. 

En estos países, a lo largo de más de un siglo, la obra y la influencia de los hombres y mujeres formados en la Institución Libre de Enseñanza y demás centros creados por ella, ha sido muy notable. 

Destacar la labor de la Junta para la Ampliación de Estudios, los repetidos viajes de Rafael Altamira, Menéndez Pidal, Ortega y Gasset y Jiménez de Asúa, o la influencia del Centro de Estudios Históricos, semillero de historiadores hispanoamericanos. 



PRINCIPIOS Y ORIENTACIONES

He aquí los más importantes, aunque de escasa novedad, sin duda, para las personas familiarizadas con el movimiento de la educación contemporánea.

La Institución se propone, ante todo, educar a sus alumnos.

Para lograrlo, comienza por asentar, como base primordial, ineludible, el principio de la "reverencia máxima que al niño se debe". Por eso precisamente no es la Institución, ni puede ser de ningún modo, una escuela de propaganda.

 Ajena, como se ha dicho, a todo particularismo religioso, filosófico y político, abstiénese en absoluto de perturbar la niñez y la adolescencia, anticipando en ellas la hora de las divisiones humanas.

 Quiere, por el contrario, sembrar en la juventud, con la más absoluta libertad, la más austera reserva en la elaboración de sus normas de vida y el respeto más religioso para cuantas sinceras convicciones consagra la Historia.
Pretende despertar el interés de sus alumnos hacia una amplia cultura general, múltiplemente orientada; procura que se asimilen aquel todo de conocimientos (humanidades) que cada época especialmente exige, para cimentar luego en ella, según les sea posible, una educación profesional de acuerdo con sus aptitudes y vocación.


Trabajo intelectual sobrio e intenso, juego corporal al aire libre; larga y frecuente intimidad con la Naturaleza y con el arte; absoluta protesta, en cuanto a disciplina moral y vigilancia, contra el sistema corruptor de exámenes, de emulación, de premios y castigos, de espionaje y de toda clase de garantías exteriores; vida de relaciones familiares, de mutuo abandono y confianza entre maestros y alumnos; íntima y constante acción personal de los espíritus, son las aspiraciones ideales y prácticas a que la Institución encomienda su obra.
La Institución estima que la coeducación es un principio esencial del régimen escolar, y que no hay fundamento para prohibir en la escuela la comunidad en que uno y otro sexo viven en la familia y en la sociedad.

Por lo que se refiere al programa, no existe la separación usual entre la escuela de párvulos, la primaria y la secundaria, sino que estos tres periodos constituyen uno solo y continuo: el de la educación general.

Las excursiones escolares, elemento esencial del proceso intuitivo, forman una de las características de la Institución desde su origen. La sierra vecina, sobre todo, es visitada por los alumnos desde las primeras secciones, ya que la Institución tiene allí desde 1912 una casa refugio, construida gracias a los auxilios de don Luis del Valle y del ex alumno don Manuel Rodríguez Arzuaga.

La Institución, por último, considera indispensable a la eficacia de su obra la activa cooperación de las familias. Excepto en casos anormales, en el hogar debe vivir el niño, y a su seno volver todos los días al terminar la escuela.

Aporta la familia, con el medio más intimo en que el niño se forma y con sus factores ancestrales, un elemento necesario para el cultivo de la individualidad. Y por la familia, principalmente, recibe la escuela la exigencia más espontánea y concreta de las nuevas aspiraciones sociales, obligándola así a mantener abierta, flexible, viva, en vez de languidecer petrificada en estrechas orientaciones doctrinarias.

CONCLUSIÓN.

El krausismo y la Institución Libre de Enseñanza sembraron la semilla de los mejores logros intelectuales de la España del primer tercio del siglo XX y todavía encontramos huellas de su paso en posturas intelectuales contemporáneas como el colegio concertado Siglo XXI, nacido en los años setenta del siglo pasado en Madrid, continuador de su tradición pedagógica.

La introducción de estos métodos pedagógicos supuso una magnífica aportación. La mayoría de ellos conservan su validez, más aún teniendo en cuenta el desfase que caracteriza a la actual situación de la enseñanza en España, bastantes de cuyas deficiencias, cuando no aberraciones y demencias pedagógicas, fueron superadas por la práctica docente institucionista hace ya ciento treinta años.


 REFERENCIAS Y BIBLIOGRAFIA.

 http://www.fundacionginer.org/

  1. Giner de los Ríos, Francisco (1973). Juan López-Morillas. ed. Ensayos. Madrid: Alianza. pp. 7-17. ISBN 9788420611875.
  2. Artículo de Julio Ruiz Berrio, página 10, citando a Giner, II-121
    Consultado en abril de 2014
  3. Origen, ideas e historia de la Institución Libre de Enseñanza, tesis de Fernando Martín-Sánchez Juliá en 1940.
    Consultado en abril de 2014
  4. "La Institución Libre de Enseñanza. Un paseo sentimental (I)"
    Consultado en abril de 2014
  5. Jiménez-Landi, Antonio (1987). La Institución Libre de Enseñanza 1873(2 tomos: Periodo Parauniversitario). Taurus. pp. 769-796. ISBN 97884306-3994-9.
  6. Antonio Jiménez-Landi, "La Institución Libre de Enseñanza", p. 779
  7. Antonio Jiménez-Landi, "La Institución Libre de Enseñanza", p. 789
 


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